Proceso histórico hacia la sostenibilidad (1919-1990)
El desarrollo sostenible y los conflictos [1] entre los humanos y [2] entre los humanos y la naturaleza
En medio del calentamiento global, la guerra fría entre el hombre y la naturaleza comenzó hace tiempo. Ya podemos aseverar que esta relación no tiene mucho de camaradería e incluso podemos calificarla de hostil.
El deterioro de nuestro planeta ha iniciado una marcha irreversible y empeorará si los humanos no tomamos acciones adicionales y si no aceleramos las que hemos comenzado a emprender.
Con frecuencia, la madre naturaleza se rebela y nos cobra con fiereza la ingratitud con la cual le hemos venido pagando su hospitalidad. Ella reacciona con desastres climáticos para alertarnos sobre lo que estamos haciendo. Es la forma que ha encontrado para protestar contra nuestra desidia y nuestro desagradecimiento.
Como si este desacarrilamiento no fuera suficiente, los conflictos intra-humanos se superponen. A la pandemia del Covid, a la contaminación y a los desastres climáticos, añadimos guerras, terrorismo, desplazamientos, migraciones, violaciones de derechos humanos y nefastos líderes que exacerban, capitalizan y sacan provecho de serviles seguidores.
Tanto los conflictos entre los humanos como los conflictos entre los humanos y la naturaleza están configurando sensaciones de esperanzas que se están extinguiendo y preocupando.
Si algo nos ha enseñado la filosofía política en la historia es que siempre nos rebelamos contra los abusos del poder y contra las creencias retrógradas. Con todo y sus defectos, hemos aprendido a ponerle límites al poder político tal como nos lo sugirió un pionero como John Locke: “la diferencia entre un rey y un tirano consiste solamente en esto: que uno hace de las leyes límites de su poder y del bien del público el fin de su gobierno; y el otro fuerza cuanto hay a abrir paso a su propio albedrío y apetito” (§200).
Sin embargo, reglas de juego viles y malignas tienen la execrable peculiaridad de regresar al mundo; de reaparecer y, como nos lo ha enseñado el Premio Nobel de Ciencias Económicas (1993), Douglass North, tienen la particularidad de persistir. Estados fallidos, en manos de políticos bufones, disfrutan del poder sin la más mínima pesadumbre. La mediocridad no es una metáfora.
Aparte del papel que ha desempeñado en las explicaciones teóricas, el Desarrollo Económico Sostenible nació para evitar que los humanos clonemos la misma conducta: para evitar que el destino de la naturaleza dependa del arbitrio de humanos bufones; para alertarnos sobre los remordimientos que producen nuestra intervención en la madre naturaleza.
En las relaciones con el planeta, también podríamos poner límites a nuestra conducta y a nuestro poder sobre la naturaleza. No podemos limitarnos a hablar de recursos ambientales; hay que enfatizar los límites qué recursos morales nos marcan.
Así como muchos filósofos políticos nos han ayudado a configurar reglas de juego que rigen nuestra convivencia, muchos científicos, intelectuales, politólogos, economistas, sociólogos, políticos y funcionarios de organismos internacionales también nos han precedido y nos han venido ayudando a configurar reglas que rijan nuestra convivencia con la naturaleza.
El concepto de desarrollo económico sostenible se ha venido abriendo paso entre estas convergencias intelectuales, preocupaciones teórico-econométricas y actividades globales de diversos organismos.
Su evolución incluyó la identificación de las fallas del mercado; los objetivos de la política económica; la preocupación por el papel del Estado; las relaciones entre crecimiento, cambio institucional y desarrollo; la industrialización, la agricultura y el comercio; los problemas de concentración de la riqueza; los problemas de distribución del ingreso; las relaciones entre los países desarrollados y los países en desarrollo; los problemas de población; los objetivos del desarrollo y las estrategias (y técnicas) de políticas para alcanzarlos.
Son variadas las definiciones del desarrollo económico. Parte de su evolución incluyó un subconjunto de la teoría económica que tenía como objeto de estudio las economías pobres o en desarrollo:
«Nuestra definición del tema será el uso del análisis económico para comprender las economías de los países pobres o en desarrollo. Esto incluye, en particular, cómo se determinan los niveles de vida de la población y cómo cambian con el tiempo, y además cómo las políticas pueden o deben usarse para influir en estos procesos» (Stern, 1989, 597).
Algunas dificultades en el estudio del Desarrollo Económico Sostenible
Aparte de que el concepto de desarrollo económico sostenible es excesivamente maleable, el número de publicaciones internacionales sobre el tema también es bastante extenso. En agosto de 2023, la plataforma de la base de datos JSTOR, “sustainable development” arroja 226.000 resultados y en Google Scholar 4.150.000 resultados.
En español, “desarrollo sostenible” arroja 7.264 resultados en JSTOR y 1.590.000 resultados en Google Scholar. Si salimos de la academia y escribimos “desarrollo económico sostenible” en Google, obtenemos 61.900.000 resultados.
Una forma de marcar los puntos claves de este mundo enciclopédico, y de hallar “una entrada” que contribuya a allanar obstáculos y poner en orden la literatura internacional, es la de mostrar una breve cronología en la que concurra una secuencia de acciones, actividades, reuniones globales y publicaciones que han venido configurando el campo del Desarrollo Económico Sostenible.
El desenlace crucial en este campo ha sido el establecimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS o SDG por sus siglas en inglés) por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015. Se supone que hacia 2030 deberían alcanzarse, así que estamos a medio camino de la fecha.
Hay otros aspectos y preocupaciones que nos llaman la atención. Aun cuando es muy temprano para saber si esos objetivos del desarrollo sostenible se cumplirán o no, al aproximarnos a su estudio podemos concluir que, si llegado el año 2030 constatáramos que no se cumplieron, no creo que podamos aseverar que las propuestas y acciones globales no han venido haciendo lo correcto.
Si se cumplirá una alta o baja proporción de los objetivos o algunas proporciones de cada uno de los objetivos, cualquier fracción habrá sido resultado de una racionalidad metodológica apropiada y del ejercicio de una conducta idónea.
Esta trayectoria hacia el desarrollo económico sostenible ha incluido, y seguirá incluyendo, un largo y difícil proceso. Al acercamos a las publicaciones no deja de llamarnos la atención la forma tan seria como prestigiosos intelectuales, científicos y organismos internacionales han contribuido a la formación de una conciencia global sobre la relación entre el desarrollo económico, el social y el ecológico.
Quizás no sea suficiente para nuestras preferencias, pero siempre nos queda el consuelo de que la curva de aprendizaje ha incluido el paso de preocupaciones individuales hacia unas nacionales y globales. Es posible que no estemos avanzando a la velocidad que quisiéramos hacia del desarrollo sostenible, pero no creo que nos estemos equivocando al afirmar que una velocidad lenta sea preferible a una inacción absoluta, a una ausencia total de compromiso o a una adopción de posturas negacionistas e irresponsables sobre los peligros de la no sostenibilidad de la vida humana tal como la hemos venido configurando.
1919-1946 (20 de abril): La Sociedad de las Naciones
La Sociedad de las Naciones fue la precursora de las Naciones Unidas. Fue concebida durante la Primera Guerra Mundial [1914 (28 de julio)-1918 (11 de noviembre)]. Como organización internacional, se creó en 1919 como parte del Tratado de Versalles (28 de junio de 1919) y fue disuelta oficialmente el 18 de abril de 1946 cuando cedió su misión a las Naciones Unidas.
1944: La Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas (1-22 de junio) en Bretton Woods
Con la asistencia de representantes de cuarenta y cuatro países a New Hampshire y de John Maynard Keynes encabezando la comisión para la creación del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, las delegaciones elaboraron y aprobaron el borrador de la propuesta para el Convenio Constitutivo del Banco Mundial.
El objetivo fue llegar a un acuerdo sobre un sistema de orden económico y de cooperación internacional para ayudar a los países a recuperarse de la devastación de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y fomentar el crecimiento global en el largo plazo.
1945: La Carta Fundacional de las Naciones Unidas (26 de junio) y la influencia de Keynes
El 26 de junio de 1945 se aprobó la Carta Fundacional de las Naciones Unidas que entraría en vigor 24 de octubre de ese año. La carta ha sido enmendada en tres ocasiones: en 1963, 1965 y 1973.
La carta fue aprobada nueve meses antes de la muerte de John Maynard Keynes (1883-1946). Uno de los corolarios más importantes de su política económica fue la insistencia en la noción de pleno empleo como responsabilidad crucial de los gobiernos y el artículo 55 reflejó el pleno reinado del keynesianismo.
Capítulo IX: Cooperación Internacional Económica y Social (Artículos 55 y 56)
Artículo 55
Con el propósito de crear las condiciones de estabilidad y bienestar que son necesarios para las relaciones pacíficas y amistosas entre las naciones, basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y en el de la libre determinación de los pueblos, la Organización promoverá:
a. Altos niveles de vida, pleno empleo [full employment], y condiciones de progreso y desarrollo económico y social.
1945: La creación de las Naciones Unidas (24 de octubre) hacia la conciencia global
Finalizada la Segunda Guerra Mundial y después de celebrada una conferencia preparatoria de las Naciones Unidas en San Francisco, la organización de las Naciones Unidas comenzó su existencia de manera oficial. Reemplazó a la Sociedad de las Naciones que se había establecido en 1919 en virtud del Tratado de Versalles.
1945: La creación del Banco Internacional para la Reconstrucción y el Fomento y del Banco Mundial
El desarrollo económico adquirió su estatus de disciplina “autónoma” después de la Segunda Guerra Mundial; evolucionó de manera paralela con organizaciones como el Banco Mundial y el proceso siempre ha girado alrededor de la eterna pregunta: ¿Por qué unos países crecen más rápidamente que otros?
Fue tan estrecha la relación entre la creación del Banco Mundial y los teóricos pioneros del desarrollo económico, que ambos caminos “se cruzaron con frecuencia” y, en consecuencia, “es justo decir que el Banco y la nueva disciplina –desde la perspectiva de la historia y la sociología de las ciencias sociales– son parte de la misma historia” (Alcevich, 2016, p. 627).
Incluso, otro motivo por el cual el Banco Mundial fue empujado hacia el campo del desarrollo económico fue el apoyo directo de Estados Unidos a la reconstrucción europea por vía del Plan Marshall (ibídem).
1955: Primer seminario de Desarrollo Económico
A comienzos de la década de 1950 no existían currículos académicos en las universidades en Desarrollo Económico y sería John K. Galbraith (1908-2006) quien enseñara el primer seminario en Harvard en 1955 (Alcevich, 2016, p. 638).
1962: Un comienzo individual hacia el desarrollo sostenible: Rachel Carson
Una contribución científica individual fue la de la bióloga estadounidense Rachel Carson (1907-1964). Su libro Primavera silenciosa (Silent Spring) fue publicado en 1962, dos años antes de morir de cáncer, y fue pionero en relación con la preocupación sobre la contaminación ambiental y el despertar de una conciencia global del desarrollo sostenible.
Advirtió y sugirió que el ecosistema de la Tierra estaba alcanzando sus límites sostenibles y se opuso con firmeza al uso indiscriminado de los pesticidas, en especial del DDT, cuyo uso había comenzado a proliferar en Estados Unidos desde 1945. Ella mostró cómo entraba en la cadena alimenticia, producía cáncer y ocasionaba daños genéticos.
El Consejo Nacional de la Defensa de los Recursos Naturales (NRDC por sus siglas en inglés), en una hermosa reseña de su libro, lo calificó como uno “inflamatorio”, como uno que nos entregó un mensaje “inspirador” y consideró que, después de muchos años, continúa “resonando con fuerza” (Natural Resources Defense Council, 2015).
Además, continúa la reseña, despertó la indignación de la industria química. Un libro previo, El mar alrededor nuestro (The Sea Around Us), había permanecido en la lista de best-sellers del New York Times durante ochenta y seis semanas.
El prestigio de Carson fue reivindicado por la orden que el presidente John F. Kennedy (1961-1963) le impartió al President’s Science Advisory Committee para examinar sus advertencias y, por primera vez, se reconoció la importancia de regular a la industria para prevenir la contaminación (Natural Resources Defense Council, 2015, passim).
1968: La conciencia global a una escala mayor hacia el desarrollo sostenible: El Club de Roma
Seis años después de la publicación del libro de Rachel Carson, a una escala mayor y, partiendo de una reunión entre más de treinta científicos, educadores, humanistas, industriales, economistas y funcionarios de diez países, nació el Club de Roma. La historia del propio club reseña como antecedente la inspiración que produjo una conferencia del industrial italiano Aurelio Peccei en Alexander King, jefe científico escocés de la OECD en 1965. Fue una innegable preocupación por la humanidad.
Tres años después, sus miembros se propusieron como objetivo avanzar en la importancia de tres ideas cruciales: [1] “una perspectiva global y de largo plazo, [2] el concepto de “problemática mundial” y [3] “un conjunto de problemas globales entrelazados, ya sean económicos, ambientales, políticos o sociales” (The Club of Rome). Hoy en día, las tres ideas continúan definiendo al Club de Roma.
1972: Un libro crucial (resultado de las reuniones del Club de Roma) en la conciencia global: Los límites del crecimiento
Si algo individualizó las preocupaciones y esfuerzos del Club de Roma fue la publicación del libro Los límites del crecimiento en 1972; un año antes de la crisis petrolera iniciada en octubre de 1973. Vendió más de doce millones de ejemplares y se convirtió en uno de los puntos de inflexión cruciales en el desarrollo de una conciencia global sobre la relaciones entre el crecimiento económico y los límites de nuestro planeta.
Sus hallazgos incluyeron la advertencia de que si el crecimiento económico continuara con el mismo comportamiento mostrado hasta ese entonces, el hombre terminaría excediendo los límites de los recursos naturales del planeta y llevándolo al colapso.
Preguntas de investigación y «Economía Humana»
El libro fue una respuesta a dos preguntas de investigación: “¿Las actuales políticas están conduciendo a un futuro sostenible o a un colapso? ¿Qué se puede hacer para crear una economía humana que proporcione lo suficiente para todos?” (Meadows et al., 2005, p. ix) y reportó el comportamiento de cinco componentes básicos que limitarían el crecimiento:
- [1] Incremento de la población [Population increase]
- [2] Aumento de la producción agrícola [Agricultural production]
- [3] Agotamiento de recursos no renovables [Nonrenewable resource depletion]
- [4] Aumento de la producción industrial [Industrial output]
- [5] Generación de contaminación [Pollution generation]
La publicación llegó a tres conclusiones. La primera identificó el peligro de que trayectoria de crecimiento económico continuara sin alteración alguna y alertó sobre las consecuencias: “los límites del crecimiento en este planeta se alcanzarán en algún momento dentro de los próximos cien años” y el resultado “más probable será una disminución bastante repentina e incontrolable tanto de la población como de la capacidad industrial” (Meadows et al., 1972, p. 23).
La segunda estuvo relacionada con la posibilidad de que podamos alterar ese curso de acción. Consideraron que en nuestras manos estaba la posibilidad de intervenir la tendencia para alcanzar una estabilidad ecológica y económica “sostenible en el futuro”: “El estado de equilibrio global podría diseñarse de modo que las necesidades materiales básicas de cada persona en la Tierra estén satisfechas y cada persona tenga las mismas oportunidades de realizar su potencial humano individual” (Meadows et al., 1972, p. 24).
La tercera conclusión fue un llamamiento a la acción e hizo hincapié en los frutos que podríamos recoger de esa acción: “Si los pueblos del mundo deciden luchar por este segundo resultado en lugar del primero, cuanto antes comiencen a trabajar para lograrlo, mayores serán sus posibilidades de éxito” (Meadows et al., 1972, p. 24).
Los componentes que incluyeron en “problemática mundial” fueron los siguientes y precedieron el camino hacia el desarrollo sostenible:
[1] pobreza en medio de la abundancia; [2] degradación del medio ambiente; [3] pérdida de fe en las instituciones; [4] expansión urbana incontrolada; [5] inseguridad del empleo; [6] alienación de la juventud; [7] rechazo de los valores tradicionales […] [8] inflación y [9] otras perturbaciones monetarias y económicas (enumeración y corchetes añadidos, Meadows et al., 1972, p. 10).
Estos problemas ocurren [1] en algún grado en todas las sociedades, [2] contienen elementos técnicos, sociales, económicos y políticos y [3] el “más importante de todos”: ellos interactúan (p. 11). También consideraron que se exacerban por las limitaciones físicas (p. 52). Como puede notarse, las relaciones e interacciones entre aspectos económicos, sociales y ambientales comenzaron a perfilarse desde entonces.
Aun cuando es válido pensar que la tecnología logra posponer límites, ellos advirtieron que la fe en ella como “la última solución a todos los problemas podría desviar nuestra atención del más fundamental de los problemas”: el de “crecer en un sistema finito” (p. 154). Este desvío es lo que nos impediría tomar una acción efectiva para resolverlo.
En relación con la contaminación, la definieron como los desperdicios de la civilización humana que pueden construirse, que pueden crecer tanto, que pueden acumularse de tal manera, que podrían devenir daños “visibles”, “molestos” e incluso “dañinos”: mercurio en los peces de los océanos, partículas de plomo en el aire de las ciudades, montañas de basura urbana o derrames petroleros en las playas (pp. 67-68).
El libro fue el resultado de un grupo de investigación en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) reunido desde 1970 y fue el producto no técnico de los hallazgos de uno de los primeros modelos de computación que examinó doce posibles escenarios futuros de los factores mencionados entre 1972 y 2100). Veinte años después, el libro se actualizó (Meadows et. al., 1992) y, de nuevo, treinta años después, con el título Límites del crecimiento: La actualización a treinta años (Meadows et al., 2004).
1972: La Conferencia de Estocolmo; una primera proposición a la Naciones Unidas: Se sugiere la participación de países desarrollados y países en desarrollo
El 20 de mayo de 1968 el gobierno sueco propuso al Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC por sus siglas en inglés) la organización de una conferencia que se enfocara en las interacciones humanas con el medio ambiente (SEI & CEEW, 2022, p. 29).
Antes de la Conferencia de Estocolmo (1972) los países en desarrollo “no creían que los problemas de contaminación ambiental y escasez de recursos” fuera su responsabilidad. “El único responsable sería el mundo desarrollado (SEI & CEEW 2022, p. 30).
El memorando explicativo de la petición enfatizó que los cambios medio ambientales producidos por el hombre se habían convertido “en un problema urgente” tanto para los países desarrollados como para los países en desarrollo y que la única forma de resolverlos era a través de la “co-operación” internacional (United Nations, 2012, p. 1).
Fue la primera conferencia de la Naciones Unidas que enfocó todos sus esfuerzos y temas en el medio ambiente. Produjo la Declaración de Estocolmo con veintiséis principios y el Plan de Acción para el Ambiente Humano con tres categorías: [1] un programa de evaluación ambiental global, [2] unas actividades de gestión internacional ambiental y [3] una medidas internacionales para evaluar y gerenciar actividades llevadas a cabo tanto en los ámbitos nacionales como en los internacionales. Finalmente, discriminó las tres categorías en 109 recomendaciones.
1974: Un intento temprano de las Naciones Unidas para conectar el medio ambiente y la redistribución de recursos: La Declaración Cocoyoc en México (dos límites)
La declaración Cocoyoc identificó una “grave amenaza” sobre dos límites. Con el sintagma límites interiores, expresó aquellos propios de la necesidades humanas básicas. Con el de límites exteriores, se refirió a los recursos físicos del planeta.
Como tarea, sugirió que habría que evaluar los límites exteriores por vía de colaboración con el propósito de obtener los límites interiores de los derechos humanos fundamentales a través de dos tareas o formas de hacerlo: [1] estableciendo “estructuras sociales capaces de hacer respetar esos derechos” y [2] ejerciendo una “incansable y paciente actividad en el diseño de nuevas técnicas y estilos de desarrollo que permitan aumentar la riqueza y preservar el patrimonio de nuestro planeta” (PNUMA/UNCTAD, 1974, p. 17).
Los propósitos globales de desarrollo sostenible deberían ser los objetos del desarrollo del hombre:
“Nuestra preocupación primordial consiste en definir de nueva cuenta los propósitos globales del desarrollo. No debe tratarse del desarrollo de los objetos sino del desarrollo del hombre. Los seres humanos tienen como necesidades básicas el alimento, la vivienda, el vestido, la salud y la educación” (énfasis añadido, (PNUMA/UNCTAD, 1974).
La declaración también reveló el ideal optimista de tener fe “en el futuro de la humanidad sobre este planeta”; manifestó el convencimiento de poder encontrar “formas de vida y sistemas sociales más justos, menos arrogantes en sus demandas materiales y más respetuosos del medio ambiente sobre la tierra” y, por último, nos dejó la advertencia de evitar un camino oscurecido “por visiones apocalípticas ni iluminado irreflexivamente por un optimismo inconsciente de sucesivas constantes tecnológicas” (p. 17).
1978: Comienzan los informes del Desarrollo Mundial (Banco Mundial)
Los Informes del Desarrollo Mundial (World Development Reports, WDR) comenzaron a ensamblarse y publicarse anualmente por el Banco Mundial en 1978. “Banco Mundial” denomina de manera colectiva al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y la Asociación Internacional de Fomento (AIF).
“Grupo Banco Mundial” expande la inclusión con la Corporación Financiera Internacional (IFC), el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) y el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).
El Grupo Banco Mundial es la principal fuente en el mundo tanto de conocimientos como de financiación a los países en desarrollo.
“Banco Mundial” = BIRF + AIF
“Grupo Banco Mundial” = BIRF + AIF + IFC + MIGA + CIADI
Las siglas corresponden al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), a la Asociación Internacional de Fomento (AIF), a la Corporación Financiera Internacional (IFC), al Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) y al Centro Internacional de Arreglo de Disputas relativas a Inversiones (International Centre for Settlement of Investment Disputes, CIADI).
1980, el informe “Estrategia Mundial para la Conservación: La Conservación de los Recursos Vivos para el logro de un Desarrollo Sostenible”: Pionero en tener en cuenta los derechos de las generaciones futuras
El informe “Estrategia Mundial para la Conservación: La Conservación de los Recursos Vivos para el logro de un Desarrollo Sostenible” (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales (UICN), 1980) fue pionero en reconocer que los problemas frente lo “limitado que son los recursos y la capacidad de los ecosistemas” no involucra únicamente a la relación entre una determinada generación y esos problemas, sino que tiene que deberá tener en cuenta “las necesidades de las generaciones futuras” (1980, p. I).
Con esta expresión, anticipó la concientización y el uso multitudinario que expandiera de manera sistemática La Comisión Brundtland en 1987.
- La finalidad de la Estrategia Mundial para la Conservación es contribuir al logro de un desarrollo sostenido mediante la conservación de los recursos vivos. La Estrategia:
- 1. explica la contribución de la conservación de los recursos vivos a la supervivencia humana y a un desarrollo sostenido;
- 2. identifica los problemas prioritarios de la conservación y los principales requisitos para encararlos;
- 3. propone unos medios eficaces para alcanzar los objetivos de la Estrategia (1980, p. IV).
1987: Un informe de la conferencia que popularizó el sintagma “desarrollo sostenible”: La Comisión Brundtland (generaciones presentes y futuras)
Aunque no utilizó “desarrollo económico sostenible”, el informe de la Brundtland Commission popularizó el sintagma “desarrollo sostenible”. De hecho, aparece en 206 ocasiones a lo largo del informe. Su definición es clásica:
- 1. El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Contiene en su interior dos conceptos clave:
- el concepto de “necesidades”, en particular las necesidades esenciales de los pobres del mundo, a las que se debe dar prioridad absoluta; y
- la idea de las limitaciones impuestas por el estado de la tecnología y la organización social a la capacidad del medio ambiente para satisfacer las necesidades presentes y futuras (énfasis añadidos, Capítulo 2).
Como observaremos más adelante, esta definición del desarrollo sostenible anticipó muchas otras reuniones e informes internacionales. Además, se adelantó a la insistencia de que el desarrollo, la sostenibilidad física, la transformación progresiva de la economía y de la sociedad y, en general, las políticas de desarrollo sostenible deben prestar especial atención a la preocupación “por la equidad social entre generaciones, una preocupación que lógicamente debe extenderse a la equidad dentro de cada generación” (énfasis añadidos, punto 3, Capítulo 2).
Desde entonces, la equidad intra e inter generacional es una noción que ha permanecido a lo largo de este extenso recorrido del desarrollo económico sostenible. Los derechos de las generaciones futuras siempre deben ser considerados en nuestras decisiones y acciones presentes.
También impuso una importante condición con respecto a los objetivos del desarrollo económico: que “deben definirse en términos de sostenibilidad en todos los países: desarrollados o en desarrollo, orientados al mercado o de planificación centralizada” (énfasis añadido, punto 2 del Capítulo 2 del informe). Esto implica que deben compartir “características generales”, que deben surgir de un “consenso” sobre “el concepto básico de desarrollo sostenible y sobre “un marco estratégico amplio para lograrlo” (énfasis añadidos, punto 2 del Capítulo 2 informe).
Como observaremos más adelante, cinco años más tarde, la Conferencia de Río de 1992 fue criticada y, de hecho fracasó, debido a las propuestas de políticas económicas sesgadas en exceso hacia las condiciones y prácticas de los países desarrollados y la no incorporación sistemática de las de los países en desarrollo. Pareciera que sus participantes no hubieran leído de manera exhaustiva las sugerencias previas de la Comisión Brundtland.
1988: El primer volumen del Handbook of Development Economics y una conciencia global
Los manuales de economía del desarrollo (Handbook of Development Economics) comenzaron un exhaustivo resumen de la vasta literatura económica internacional y nos han permitido acceder a una perspectiva incomparable de las investigaciones sobre el desarrollo sostenible. Los artículos incluyen contribuciones provenientes tanto de la academia como de autores y organismos formuladores de políticas. El primer volumen (Chenery and Srinivasan) fue publicado en 1988; el segundo (Chenery and Srinivasan) en 1989.
El tercer volumen se publicó en 1995 (Behrman and Srinivasan, eds.); el cuarto en 2008 (Schultz, T. P., and J. Strauss, eds.) y el quinto en 2010 (Rodrik and Rosenzweig, eds.). Hay dos importantes reseñas de estos manuales: la de Schneider (1990) y la de Waelbroeck (2016).
1989: El segundo volumen del Handbook of Development Economics (hacia la sostenibilidad)
El segundo volumen se publicó al año siguiente:
Chenery, H., and Srinivasan, T. N. (Eds.) [1989]. Handbook of Development Economics. Volume 2: XXV, 922 pp. Amsterdam: North-Holland. 1989
1989: Un accidente que aceleró la toma de conciencia global y trascendió las fronteras nacionales: Exxon Valdez
A las crisis les sigue la promulgación de regulaciones que tienen como objetivo sortear sus dificultades y apuntalar toda curva de aprendizaje. Por ejemplo, a la Gran Depresión (1929-1933), le siguió la Ley Glass-Steagall (1933); a la crisis de Enron en 2001, le siguió la promulgación de Ley Sarbanes-Oxly de 2002, y a la Gran Recesión de 2007-2009 le siguió la Ley Dodd-Frank de Reforma de Wall Street y Protección al Consumidor de 2010 en Estados Unidos.
El derrame causado por un golpe del buque petrolero Exxon Valdez en 1989 contra un arrecife en Alaska produjo una protesta pública que trascendió las fronteras nacionales y también produjo la ley Oil Pollution Act 1990 en Estados Unidos.
Ese incidente también hizo que Bo Massie, Presidente de la CERES Coalition for Environmentally Responsible Economies, CERES) y Allen White (del Tellus Institute) comenzaran a concebir mecanismos internacionales que estandarizaran la presentación de reportes contables y financieros por parte de las corporaciones.
Como resultado, surgió el hoy renombrado marco universal de presentación de informes ambientales conocido como Global Reporting Iniciative (GRI). Su objetivo fue crear el primer mecanismo de rendición de cuentas mundiales para garantizar que las empresas cumplan con los principios de conducta ambiental responsable.
1990: Comienzan los informes del Desarrollo Humano como concepto superordinado y el papel de las generaciones futuras
En cuanto al desarrollo humano, el primer informe fue publicado en 1990. Produjo el Human Development Index (HDI). La famosa cita del Human Development Report de 1995 (United Nations Development Programme, UNDP, 1995) distinguió de manera apropiada los conceptos “vecinos”. Expresado en términos actuales:
- no privilegiar la expansión del PIB (modelos de crecimiento económico), sino la calidad de vida humana;
- no tratar a los seres humanos como insumos del proceso de producción (desarrollo de recursos humanos, como medios para fines), sino tratarlos como fines;
- no tratar a los seres humanos como beneficiarios (enfoques de bienestar), sino como agentes de cambio en el proceso de desarrollo, y
- no enfocarse en proporcionar bienes y servicios materiales a grupos de población desfavorecidos (enfoque de las necesidades básicas), sino ampliar las opciones humanas en todos los campos (pp. 11-12).
En consecuencia, el concepto de desarrollo humano es “mucho más amplio que las teorías convencionales del desarrollo económico” y, como es obvio, que las del desarrollo sostenible.
También [1] introdujo de manera sistemática la hoy clásica diferenciación entre la equidad entre las generaciones actuales y la equidad entre todas las generaciones presentes y las generaciones futuras; [2] sugirió tomar en cuenta la “capacidad de carga” de la naturaleza para priorizar la “regeneración ambiental” [sostenibilidad] y [3] proteger las oportunidades de las generaciones futuras (ibídem, pp. 12-13).
r a Desarrollo Económico Sostenible, 5: Renovado
Ir a Decidido: Objetivos de Desarrollo Sostenible, 4
Ir a Objetivos de Desarrollo del Milenio 3 (2000): Su poder
Ir a Notable giro: Desarrollo sostenible, 2 (1992-1999)
Referencias
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Chenery, H., and Srinivasan, T. N. (Eds.) [1989]. Handbook of Development Economics. Volume 2: XXV, 922 pp. Amsterdam: North-Holland. 1989
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